"Soy vasto, contengo multitudes"

Walt Whitman, el poeta de la democracia, al expresarse así seguramente no se refería a estos espasmódicos cambios de parecer, a este trastorno disociativo de la personalidad que padece la pobre Lilita, del cual, entanto patológico, no emitiremos juicio de valor alguno ya que, en principio, juzgamos se trata de una persona con una lamentable dolencia y, por lo tanto, inimputable.
Pero sobre lo que sí daremos un punto de vista es sobre las personas de su conocimiento y confianza, aquellos que la rodean, contienen e, incluso, aconsejan.
Consideramos que quien se postule a ocupar la Presidencia de la Nación ha de ser una persona de estado, en rigor, un estadista. Si no se consigue uno, bueno, ahí tenemos a mano a los políticos dispuestos a ocupar el puesto, esa especie de placebos de estadista que ocupan el lugar de uno genuino hasta que éste aparece.
Se trate ya de un estadista o de un político, hay algo que ambos harán muy bien, si son buenos en lo suyo: tener claro a dónde se va a ir, qué pasos se darán para conseguirlo; tendrá un discurso tácticamente pergeñado a tal fin; sabrá constituir alianzas y acuerdos que posibiliten alcanzar los objetivos planteados; etc.
Aún si todo esto fallase, el último valor que ha de claudicar es su imagen "de todo se vuelve excepto del ridículo".
Pero si una persona no puede obrar de acuerdo a sus propias palabras, si en su estrategia no estaba previsto el desenlace de la elección, si de antemano no estaba planeado un discurso acorde con un una situación de derrota, si no se midieron las consecuencias en la propia alianza electoral de esa posibilidad, si se improvisa, se decide y habla a la luz de un estado emotivo, evidentemente, no sólo no estamos frente a un estadísta sino siquiera frente a un político, al menos en sus cabales.
Por lo tanto, ustedes si, ustedes que la acompañan y aconsejan son responsables de abuso, de abuso deshonesto y de lesa humanidad al seguir utilizando a esta pobre persona que, por lo antedicho, evidentemente no se encuentra en condiciones de aspirar a ejercer ningún cargo, dicho esto con la mejor leche.
Y son responsables porque evidentemente no es Lilita la que se beneficia con esto, entonces... ¿ustedes si?.
Pobre Carrió, ¿qué dirá mañana?
Dr. Alberto Carlos Bustos - The Parrot Shell University - Maciel Island

Comentarios

Anónimo dijo…
POST GENIAL!!! felicitaciones

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