Mientras mi estado civil era de divorciado pedí un préstamo de un sueldo al Banco Río (el que se anexó al Santander, que antes era Banco Río de la Plata, cuyos fondos daban al Vaticano y al Opus Dei). No me lo dieron por esa única razón: por ser divorciado. Por suerte los mandé a cagar, y no me pudieron cagar con el corralito. Suerte Santander!!!
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Por suerte los mandé a cagar, y no me pudieron cagar con el corralito.
Suerte Santander!!!