Hasta que inauguren otra papelera.

No es mala onda.
No es mala leche.
Es hartazgo, es cansancio, es basta.
Si nadie atina a decir cuál es el número verdadero entre los números verdaderos, los declarados, aquellos por los que incluso se percibieron gravámenes, municipales, provinciales o nacionales, cruces de información, estacionalidades y etcéteras estadisticables -perdón- ¿cómo puede ser que el reponsable de este organismo tenga el tupé, la caradurez, la falta de amor propio, la amnesia de rigor científico o cuanto menos estadístico de afirmar pelotudez tal?.
No es que el numerito pueda o no pueda tener sus racionales, sus fuentes de inferencia, niveles de consumo no explicables desde la nívea data: no, eso no está en discusión.
Lo que se discute es algo mucho más profundo, más simple que lo profundo, más primario que lo simple, más elemental que lo primario, más escencial que lo elemental, más primigenio que lo escencial... la credibilidad.
Nadie te cree, ni con los pelpas en la mano... ¿quién ha de creer en tus inferencias?.
Aún cuando las hagas con el mayor rigor, vuelvo: llamate a silencio.
No nos digas que no te lo avisamos... ¿sabés cuál es la solución kirchneriana a este tipo de situaciones?:
a) Cierre del Indec
b) Creación del IMOPSP (Instituto para que la Mendacidad Oficial Pueda Salir del Paso) con un director clonado de célula madre sustituta de testículo derecho de De Vido o Fernández.
Así que, itero, no nos digas que no te lo avisamos... somos regambas con vos: INDEC, llamate a silencio, por un tiempo, aunque sea.
Hasta que inauguren otra papelera.
Dr. Alberto Carlos Bustos - The Parrot Shell University - Maciel Island

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